Antes de comenzar a hacer las galletas de mantequilla, asegúrate de tener todos los ingredientes listos y medidos. La mantequilla debe estar a temperatura ambiente para que sea más fácil de batir. Pica las nueces y remoja las pasas en agua tibia durante 10 minutos para que estén más suaves.
En un tazón grande, bate la mantequilla y el azúcar hasta que estén suaves y cremosos. Esto puede tardar de 2 a 4 minutos con una batidora eléctrica. Añade los huevos uno por uno, batiendo bien después de cada adición. Agrega el extracto de vainilla y mezcla bien.
En otro tazón, mezcla la harina, el bicarbonato de sodio y la sal. Agrega esta mezcla a la mezcla de la mantequilla en tres partes, revolviendo después de cada adición. Añade las nueces y las pasas, y mezcla bien.
Forma la masa en una bola grande y envuélvela en plástico. Refrigera la masa durante al menos 1 hora para que esté firme y no se pegue a las manos cuando se hacen las galletas.
Precalienta el horno a 180 grados Celsius. Forma bolas de masa de galletas del tamaño de una pelota de golf, aplástalas un poco y colócalas en una bandeja para hornear forrada con papel pergamino. Deja unos 5 centímetros entre cada galleta. Hornea durante 12 a 15 minutos o hasta que estén doradas en los bordes.
Deja enfriar las galletas en la bandeja durante unos minutos y luego transfiérelas a una rejilla de enfriamiento para que se enfríen completamente. Sirve las galletas de mantequilla con nueces y pasas en un atractivo plato para postres y disfrútalas con una taza de té o café.
Las galletas de mantequilla se pueden personalizar con diferentes tipos de nueces y frutas secas. Prueba con arándanos deshidratados, chispas de chocolate o almendras picadas. También puedes agregar especias como canela o jengibre para obtener un sabor diferente.